"Arquitectura sin arquitectos" de Bernard Rudofsky desafía las perspectivas convencionales sobre la historia de la arquitectura y aboga por una apreciación más amplia de la arquitectura no pedigüeña, a menudo pasada por alto en favor de las tradiciones arquitectónicas formales y elitistas. Rudofsky critica el parroquialismo de la historia arquitectónica occidental, que se centra principalmente en culturas selectas y en las fases tardías de la evolución arquitectónica, ignorando las contribuciones de los constructores anónimos y la arquitectura vernácula.
El texto destaca la escasez de documentación sobre arquitectura no pedigüeña, contrastándola con el amplio conocimiento de pintores antiguos y el sesgo hacia la arquitectura formal y la nobleza arquitectónica en las narrativas históricas. Rudofsky introduce el concepto de arquitectura vernácula, caracterizada por su espontaneidad, anonimato y adaptación a las condiciones locales, desafiando la noción de que la excelencia en la arquitectura se limita a las formas históricas. Rudofsky profundiza en posibles fuentes de arquitectura, incluidas referencias bíblicas y observaciones del comportamiento animal, sugiriendo que la arquitectura precede a la historia humana y puede haber sido inspirada por fenómenos naturales. Explora la evolución de la arquitectura desde refugios rudimentarios hasta estructuras comunales más sofisticadas, enfatizando la adaptabilidad y practicidad de los constructores anónimos.
El texto examina diversas tipologías arquitectónicas, como la arquitectura comunal, la arquitectura esculpida y la arquitectura protoindustrial, mostrando la ingeniosidad y previsión de los constructores no instruidos. Rudofsky establece paralelismos entre soluciones arquitectónicas antiguas y contemporáneas, destacando la relevancia de la arquitectura vernácula para abordar desafíos modernos.
En última instancia, "Arquitectura sin arquitectos" aboga por una reevaluación de los paradigmas arquitectónicos y una mayor apreciación de la sabiduría e innovación de los constructores anónimos. Rudofsky argumenta que abrazar los principios de la arquitectura no pedigüeña podría ofrecer ideas valiosas sobre la práctica arquitectónica contemporánea y ayudar a fomentar entornos construidos más sostenibles y armoniosos.